Continente negro
Afroamericanos. En la cálida ciudad de Managua, el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD) presentó un estudio sobre la población de origen africano en América. Unos 150 millones de personas quieren verse, por fin, protagonistas de su propia historia.
Por: Jorge Paredes Laos
Integrados desde hace más de cinco siglos a la vida de sus respectivos países y con notables aportes en el campo de la cultura, el arte y otras disciplinas, los aproximadamente 150 millones de afrodescendientes que viven en América Latina y el Caribe comparten una realidad común: la mayoría vive en las capas más postergadas de sus respectivas sociedades, y sufre no solo la exclusión y la pobreza, sino el estigma del racismo y la discriminación.
¿Cómo cambiar esta historia? Hace dos semanas se desarrolló en la cálida ciudad de Managua, Nicaragua, un seminario organizado por el PNUD y se presentó un volumen*, donde se expuso, país por país, la situación de la población afrodescendiente en América Latina, desde la Patagonia hasta México, pasando por Brasil, Centroamérica y obviamente el Perú.
Con matices y particularidades en cada país, si algo une a los afrodescendientes de esta parte del mundo es su pedido de reivindicación histórica –el reconocimiento del papel que cumplieron en la construcción de sus respectivos estados-nación–, así como el reclamo de sus derechos ciudadanos: inclusión en los censos nacionales y políticas públicas encaminadas a mejorar su calidad de vida.
El estudio está dividido por regiones. El cono sur (formado por Paraguay, Uruguay, Argentina, Bolivia y Chile); los países andinos (Venezuela, Colombia, Ecuador y el Perú); el Brasil; y México y los países centroamericanos (Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá).
Cono sur
Afroamericanos. En la cálida ciudad de Managua, el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD) presentó un estudio sobre la población de origen africano en América. Unos 150 millones de personas quieren verse, por fin, protagonistas de su propia historia.
Por: Jorge Paredes Laos
Integrados desde hace más de cinco siglos a la vida de sus respectivos países y con notables aportes en el campo de la cultura, el arte y otras disciplinas, los aproximadamente 150 millones de afrodescendientes que viven en América Latina y el Caribe comparten una realidad común: la mayoría vive en las capas más postergadas de sus respectivas sociedades, y sufre no solo la exclusión y la pobreza, sino el estigma del racismo y la discriminación.
¿Cómo cambiar esta historia? Hace dos semanas se desarrolló en la cálida ciudad de Managua, Nicaragua, un seminario organizado por el PNUD y se presentó un volumen*, donde se expuso, país por país, la situación de la población afrodescendiente en América Latina, desde la Patagonia hasta México, pasando por Brasil, Centroamérica y obviamente el Perú.
Con matices y particularidades en cada país, si algo une a los afrodescendientes de esta parte del mundo es su pedido de reivindicación histórica –el reconocimiento del papel que cumplieron en la construcción de sus respectivos estados-nación–, así como el reclamo de sus derechos ciudadanos: inclusión en los censos nacionales y políticas públicas encaminadas a mejorar su calidad de vida.
El estudio está dividido por regiones. El cono sur (formado por Paraguay, Uruguay, Argentina, Bolivia y Chile); los países andinos (Venezuela, Colombia, Ecuador y el Perú); el Brasil; y México y los países centroamericanos (Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá).
Cono sur
Por lo menos desde el siglo XIX se ha tratado de negar la existencia de poblaciones de origen africano en la región del Río de la Plata. Sin embargo, ahí están el candombe y el tango, dos géneros musicales de influencia negra, que representan a Argentina y Uruguay, para corroborar la importancia del aporte africano en la construcción de la cultura rioplatense.
Según refiere la historiadora María José Becerra después de siglos de negación, recién a partir de 1990 –con la firma de tratados y convenios internacionales contra la discriminación racial y a favor de los derechos humanos–, los gobiernos de Argentina, Uruguay y Paraguay han comenzado a saldar deudas con sus poblaciones de origen africano. En Argentina se creó en 1995 el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), que ahora depende del Ministerio de Justicia; en Paraguay se formó un Departamento de Acciones contra toda Forma de Discriminación; y en Uruguay desde el 2000 comenzaron a funcionar dependencias que velan por la ejecución de políticas públicas a favor de la población afrodescendiente.
Países andinos
Según refiere la historiadora María José Becerra después de siglos de negación, recién a partir de 1990 –con la firma de tratados y convenios internacionales contra la discriminación racial y a favor de los derechos humanos–, los gobiernos de Argentina, Uruguay y Paraguay han comenzado a saldar deudas con sus poblaciones de origen africano. En Argentina se creó en 1995 el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), que ahora depende del Ministerio de Justicia; en Paraguay se formó un Departamento de Acciones contra toda Forma de Discriminación; y en Uruguay desde el 2000 comenzaron a funcionar dependencias que velan por la ejecución de políticas públicas a favor de la población afrodescendiente.
Países andinos
Los países sudamericanos, aparte de Brasil, con mayor población negra son Ecuador, Colombia, Venezuela y el Perú. Y los avances son dispares. Si bien Colombia registra progresos en materia legislativa –leyes para la adjudicación de tierras a comunidades afrocolombianas–, en Venezuela el reconocimiento oficial es casi inexistente.
En nuestro caso lo más dramático es que no se cuenta con información oficial sobre la población afroperuana. El Estado no incluyó en los dos últimos censos (2005 y 2007) preguntas sobre afrodescendientes. Este vacío histórico no ha permitido incluirlos en programas de empleo, educación, viviendas o tierras. El antropólogo Jhon Anton Sánchez dice que el mayor problema en esta región es el racismo estructural que existe en las diferentes sociedades y en el caso peruano, en particular, la ausencia de políticas públicas contra este flagelo.
Esto es compensado, de alguna manera, por instituciones civiles afroperuanas. Una de ellas es Lundú, que en los últimos tiempos ha realizado campañas como “Apúntate contra el racismo” o un barómetro de medios que busca paliar la proliferación de noticias racistas o discriminatorias.
Todavía el camino por recorrer es largo. Como dijo la profesora Alta Hooker Bland-ford, rectora de la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense (Uuraccan), lo más importante es recuperar la identidad. “El vernos en los censos es una de nuestras demandas históricas”.
John Anton resumió así la historia del pueblo afroamericano: El siglo XIX fue el de la libertad, el siglo XX el de la igualdad y el XXI debe ser el de la ciudadanía. “Con ocasión de los bicentenarios hay que escribir una nueva historia donde aparezcan los grupos subalternos. Después, debemos generar políticas de reivindicación para estos sectores sociales. Y, por último, realizar acciones afirmativas en educación, trabajo, etc. Acabar con el racismo tal vez sea una utopía, pero hay que luchar todos los días contra este mal”. Una antesala para recibir el 2011, declarado por las Naciones Unidas como año de los afrodescendientes.
Cifras en el estudio del PNUD
En nuestro caso lo más dramático es que no se cuenta con información oficial sobre la población afroperuana. El Estado no incluyó en los dos últimos censos (2005 y 2007) preguntas sobre afrodescendientes. Este vacío histórico no ha permitido incluirlos en programas de empleo, educación, viviendas o tierras. El antropólogo Jhon Anton Sánchez dice que el mayor problema en esta región es el racismo estructural que existe en las diferentes sociedades y en el caso peruano, en particular, la ausencia de políticas públicas contra este flagelo.
Esto es compensado, de alguna manera, por instituciones civiles afroperuanas. Una de ellas es Lundú, que en los últimos tiempos ha realizado campañas como “Apúntate contra el racismo” o un barómetro de medios que busca paliar la proliferación de noticias racistas o discriminatorias.
Todavía el camino por recorrer es largo. Como dijo la profesora Alta Hooker Bland-ford, rectora de la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense (Uuraccan), lo más importante es recuperar la identidad. “El vernos en los censos es una de nuestras demandas históricas”.
John Anton resumió así la historia del pueblo afroamericano: El siglo XIX fue el de la libertad, el siglo XX el de la igualdad y el XXI debe ser el de la ciudadanía. “Con ocasión de los bicentenarios hay que escribir una nueva historia donde aparezcan los grupos subalternos. Después, debemos generar políticas de reivindicación para estos sectores sociales. Y, por último, realizar acciones afirmativas en educación, trabajo, etc. Acabar con el racismo tal vez sea una utopía, pero hay que luchar todos los días contra este mal”. Una antesala para recibir el 2011, declarado por las Naciones Unidas como año de los afrodescendientes.
Cifras en el estudio del PNUD
Población: se estima que los afrodescendientes en América alcanzan los 150 millones de personas, el 30% de la población de América Latina y el Caribe.
Los afrodescendientes están dispersos en todos los países de América. En Brasil, Colombia, Cuba y Panamá constituyen entre el 45% y 10% de la población total.
La población afroperuana sería de 2’500.000 personas. El Perú es el cuarto país de América del Sur con mayor población afrodescendiente.
24,13% de la población afroperuana tiene primaria incompleta, el 27% tiene secundaria completa y solo el 1,9% tiene educación superior completa.
[*] Derechos de la población afrodescendiente de América Latina. Desafíos para su implementación. PNUD / Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega. 2010
Fuente: Diario El Comercio, suplemento "El Dominical" (Perú). 24 de Octubre del 2010.
Los afrodescendientes están dispersos en todos los países de América. En Brasil, Colombia, Cuba y Panamá constituyen entre el 45% y 10% de la población total.
La población afroperuana sería de 2’500.000 personas. El Perú es el cuarto país de América del Sur con mayor población afrodescendiente.
24,13% de la población afroperuana tiene primaria incompleta, el 27% tiene secundaria completa y solo el 1,9% tiene educación superior completa.
[*] Derechos de la población afrodescendiente de América Latina. Desafíos para su implementación. PNUD / Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega. 2010
Fuente: Diario El Comercio, suplemento "El Dominical" (Perú). 24 de Octubre del 2010.